El arreglo de nuestro caballo

Durante varios siglos el caballo fue el principal medio de transporte en Colombia y con los años, gracias a la evolución, se fue consiguiendo una mayor suavidad en el andar y comodidad para el jinete, por las grandes distancias que se debían recorrer.

Desde hace varias décadas, comenzó a utilizarse el Caballo Criollo Colombiano también como caballo de competencia y espectáculo, lo que comenzó a exigir un adiestramiento ya no para transportarse sino para lograr llevar a los animales a un nivel de ejecución mucho más exigente; las prioridades fueron cambiando por la continuidad en el ritmo, la velocidad en la ejecución, la facilidad de conducción en giros, paradas, retrocesos y demás acciones que permiten una experiencia muy especial cuando se monta en un verdadero ejemplar de silla con buen adiestramiento. 

En las competencias se evalúan fenotipo y calidad en el andar, pero el agregado por manejo es sin duda uno de los puntos más importantes y para el cual los señores jueces tienen una serie de pruebas individuales y eventualmente pruebas de comparación que generalmente solo se cumplen satisfactoriamente con caballos bien arrendados. 

Es por eso que la chalanería profesional, como su nombre lo indica, cuenta con profesionales en este arte y cada vez son más los chalanes que se destacan a nivel nacional y también en otros países confederados por Confepaso. 

La lista de chalanes destacados es muy amplia, recordamos con mucha gratitud al Maestro Gallego, Julito Suarez, Clemente Villa, Arnulfo Arias, Hitor Montero, Adolfo Gómez, Nino Piedrahita, Oscar Cardona, Fernando Marín, Efraín Vargas, entre muchos otros considerados maestros que fueron pieza fundamental en el camino que llevo al Caballo Criollo Colombiano al nivel actual